El fuego sigue azotando Los Ángeles, donde varios incendios continúan activos y sin control. Hasta este viernes, las autoridades estadounidenses han confirmado al menos diez muertos, según los últimos datos del médico forense del condado, recogidos por varios medios locales.
Hay miles de personas evacuadas, otras miles de hectáreas calcinadas y más diez mil estructuras afectadas por las llamas, avivadas aún por los fuertes vientos. Además, las autoridades están teniendo que lidiar con saqueos y arrestos de sospechosos en las viviendas evacuadas, por lo que se ha barajando la implantación de un toque de queda.
Las autoridades también han pedido a los angelinos mantenerse en el interior de sus casas debido a que gran parte del condado sigue experimentando una pésima calidad de aire por el humo de los incendios.
La tarde de este jueves el índice de calidad del aire (AQI, en inglés), una medida federal de la cantidad de contaminación del aire, superó los 160, categoría considerada como “insalubre”, según el regulador AirNow, un servicio del Gobierno estadounidense. Se han cancelado clases en escuelas y universidades por este motivo durante toda la semana.